jueves, 2 de noviembre de 2017

Violencia institucional: de piedra en el zapato a zancadilla social.

Por Noelia Barrientos y Diego Encina


Con el acompañamiento e impulso de APUNGS y los estudiantes de la Escuela de Artes Visuales de San Miguel estuvimos difundiendo y asesorando en el Centro Cultural de la Universidad Nacional de General Sarmiento "Museo Imaginario", sobre la violencia institucional.

Como abogados entendemos que el tratamiento de este tema resulta fundamental en la sociedad de hoy.

Tenemos que partir como punto de inicio e inflexión de que la violencia institucional es un límite impasable para una sociedad susceptible de ser considerada como organizada, evolucionada y pacífica.

No se trata de un daño colateral y no son solo las garantías más elementales las que se encuentran en juego, sino además la entelequia del "pacto social" como sistema moderno y pilar garante de la vida en comunidad.

No es menester realizar un análisis iusfilosófico sobre el poder punitivo del Estado, tampoco es nuestra intención tomar por asalto desbordadamente un tema que puede ser mejor tratado por otras disciplinas como la antropología, la sociología y por supuesto la política.

Sin embargo, como auxiliares de la justicia, no abrimos un juicio de valor. Hay leyes que desembocan en procedimientos. Y los mismos deben ser aplicados en la práctica y en los territorios conforme a tales. Que esa relación simbiótica entre ley y "aplicación/ ejercicio" no se resquebraje producto del abuso de poder es una tarea que nos ocupa e involucra.

Hablar de "inseguridad" sin ponderar ni tener en el radar mental este tema implica obtusamente malgastar el tiempo y arrivar a consideraciones y conclusiones harto erráticas.

Pero atención, no se trata de cargar las tintas sobre las fuerzas de seguridad. Debemos permitirnos un desglose adecuado que nos permita distinguir los malos elementos de los buenos. 

Buenos integrantes policiales que han sido formados muchas veces por otros que no quisieron o no pudieron entender que estamos en una plena y vigente democracia.

Por ello debemos instruirnos como pueblo, tantos ciudadanos como fuerzas de seguridad. La obediencia debida no puede ni debe ser la excusa del oscurantista despliegue de gente que debe comprender que la luz de la democracia hoy brilla radiante y un poco menos que mañana.




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Podés visitar:
- Observatorio contra la Inseguridad y la Violencia Institucional
- Asociación contra la Violencia Institucional


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