jueves, 28 de diciembre de 2017

Crónica de una feroz represión: no comemos piedras



A la distancia preferimos analizar los hechos que sucedieron en la Plaza de los Dos Congresos el pasado lunes mientras se trataba (y finalmente se aprobó) una reforma previsional a nuestro objetivo entender y a todas luces, inconstitucional.
 

                Primeramente queremos destacar que estamos en contra de la violencia. Jamás ha sido el remedio a nada. Palmariamente quedó demostrado esto a través de años y siglos de historia.


                En consecuencia y lo hemos manifestado oportunamente, no podemos encontrar ningún punto de encuentro con aquellos que, beneficiando al menoscabo jubilatorio, se dedicaron sin razón a pergeñar un feroz ataque a la policía con piedras y palos.


                Insistimos por que no es cuestión de un solo párrafo, lejos estamos de regalar con un “centro atrás” toda una construcción jurídica de inconstitucionalidad a los medios de comunicación que se regocijan en una noticia vil y amarilla. Es más estamos de acuerdo con todas las denuncias penales que se puedan incoar en su contra.


No obstante, (todavía) no comemos piedras: ACÁ SEÑORAS Y SEÑORES NO EXISTEN DOS BANDOS. Por un lado tenemos un grupo de (pongámosle como queramos): oportunistas, infilitrados, inadaptados, violentos; en definitiva cíviles y por el otro el Estado organizado en ejercicio del monopolio de la fuerza legitima.
 

Dicho esto y habiendo fuertemente repudiado la violencia de aquellos, no podemos dejar de rechazar CATEGÓRICAMENTE la violencia ilegal esgrimida por parte de la fuerza policial.


No, nos engañemos, no es lo mismo, no corresponde, no ha lugar. El único cobijo de la justicia es la ley y en consecuencia la razón.
 

Ergo, rechazamos expresamente la violencia inusitada y propagada por las fuerzas de seguridad  que a todas luces careció de criterio y razonabilidad para llevar su despliegue.


A sazón de lo que previmos presentamos un habeas corpus preventivo en el juzgado de turno el cual oportunamente y a regañadientes fue receptado.



Al Lado de la gente

 

Ya desde temprano, definimos como equipo de abogados de a pie colocarnos al lado de la gente que pacífica y convergentemente a nuestras ideas se acercó a manifestarse al Congreso.
 

Es así entonces, que definimos establecer una GUARDIA PERMANENTE para sendos casos de violencia institucional que a la postre y a la vista de todos ocurrieron.

Creíamos con razón que teníamos que estar ahí al lado del pueblo.
 

Lamentablemente, hizo falta, ya que llegada la medianoche tuvimos que presentar un Habeas Corpus Correctivo en el juzgado de turno por Nahuel, un joven profesor que fue detenido ilegítimamente a dos cuadras del Congreso por la Policía de la Ciudad.
 

Por suerte, (por que a esta hora tenemos que hablar de suerte y no de leyes), su soltura se libró antes de que nos contestaran a la acción presentada y pudimos conversar con él al día siguiente .

 

Conclusiones


Seguimos insistiendo, la reforma es inconstitucional, cercena y ataca directa y patrimonialmente a jubilados, beneficiarios de pensiones y asignaciones y a nuestros héroes ex combatientes de Malvinas.


Si fuera beneficiosa esta reforma entendemos debió ofrecerse en las campañas obrantes en la última contienda electoral.


Por otro lado el tratamiento parlamentario, y sin inmiscuirnos demasiado en su esfera de acción, fue por lo menos nimio, apresurado e insignificante, toda vez que ésta afecta certeramente a los sectores arriba mencionados.


No vamos a claudicar, no vamos a dejar de “estar", y nos encontramos analizando las posibilidades jurídicas, junto a otros equipos de abogados, que declaren a la misma como lo que es: INCONSTITUCIONAL.

Por otro lado y a la luz de lo justo es hora de que nos preguntemos cuando y sobre todo como tienen que actuar las fuerzas de seguridad, pues resulta absolutamente pernicioso y cobarde que "preparados" elementos policiales tiren a "troche y moche" gas sobre la cara de la gente.

¿Que protocolo ordena semejane vil accionar?, ¿quienes preparan a nuestras fuerzas para eso?, ¿dónde y cómo se establece?, y para mayor abundamiento: ¿quien o quienes los autorizan?.



Por último y para dejar probanza de lo que explicamos más arriba les dejamos lo que nosotros llamamos, “La documental de la vergüenza”:










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