sábado, 17 de junio de 2023

A LA MEMORIA DEL GRAN GAUCHO GENERAL

Por Diego Encina[1]

En las vísperas de cumplirse los 202 años de aquel 17 de junio de 1821 en que la Patria norte de nuestro territorio quedara huérfana de su más grande y glorioso héroe, me permito, en tiempos presentes convulsionados como aquellos pasados, pero con menor rigor de patriotismo en hombres y mujeres, esbozar, en modo de humilde homenaje, algunas palabras en honor de la memoria del GRAN GAUCHO PROTECTOR DE LAS FRONTERAS.

Ligeramente, hoy como ayer, se lee y se escucha aún que el 17 de junio de 1821 ocurre la muerte, a los 36 años de edad, del Gran Gral. D. Martín Miguel de Güemes.

Gran mentira entonces se conmemora en tributo de esa editorial.

Al Gran Gaucho Gral. "lo asesinaron". El asesinato del Gran Gral. no era más que el corolario pequeño de los saqueadores de todo que conspiró con la complicidad de la oligarquía parasitaria de la clase dominante salteña de sus tiempos de glorias. Esa misma que permitió el ingreso a su provincia a los realistas al mando de Olañeta para entregar, como buen ejemplo de cipayismo colonizado, su propia provincia y sus genuinos héroes.

A Güemes, ese General de tesuda barba, mirada penetrante y elegante capa corta y flotante de color de grana que llevaba el pecho cruzado de alamares vistosos, que teniendo la tranquilidad económica de los suyos, y que prefirió siempre el llano y el mejoramiento de las clases siempre castigadas; nunca le han perdonado, como no lo hacen ahora, que haya gobernado el norte aplicando las ideas políticas del gran Mariano Moreno y el monumental Gral. Manuel Belgrano.

No le han perdonado, ni lo van a perdonar nunca jamás que fuera “paisano”, norteño, y que encima, atrevidamente con recta justicia, haya repartido tierras, promovido la economía, la industria y la artesanía regional, y todo, a la par de la acérrima protección de la frontera norte que permitió al Gran Libertador la formación del Ejército de los Andes para la gesta militar jamás lograda en todos los tiempos. Nunca, jamás, van a perdonar que un gaucho fuera quien haya confiscado el ganado y la riqueza -siempre mal habida- improductiva de la oligarquía embebida de cipayismo y egoísmo.

Así nomás entonces, como al no poder derribar el espíritu incólume del Gran Gaucho Gral., nos han engañado envuelto en enemistades con Belgrano o conflictos pasionales y así, en trabajosa desculturalización de nuestro ADN patriótico, nos han querido engañar que murió un 17 de junio de 1821. Nada más antipático al rigor de la verdad histórica y la Patria que la añora; al Gran Gaucho Gral. "lo asesinaron" los saqueadores de todo en cobarde conspiración con la complicidad parasitaria de un minúsculo cipayismo salteño de su tiempo de eterna gloria.

Sin problemas se empeña la historia con nuestros héroes. O mejor expresado, quienes de ella se apoderan en calidad de dueños, los mismos dueños de casi todo los demás, expresión con la que alguien una vez nos instruyó con cautiva intelectualidad.

Pero sin perjuicio de esa ilícita apropiación histórica, ella, o el destino, o quien quiera llamarlo como prefiera, se ensaña malditamente con nuestros mejores legados. Así fue nomás que a Castelli, "La Voz de la Revolución de Mayo" y orador como ninguno nunca en nuestras tierras, lo invadió un mortal cáncer de lengua; a Belgrano lo abrazó la pobreza luego de darlo todo por la Patria y de la que aún es acreedor; a San Martín lo encontró el destierro voluntario harto de peleas intestinas entre hermanos; al Gran Gaucho le alcanzó insólitamente un disparo en el glúteo. Pero además de bravo y corajudo, era también hemofílico, y rodeado de sus infernales no alcanzó a recibir atención médica necesaria. Ayer, como hoy, ya lo sabemos, a los buenos, nunca llega a tiempo.

A su deceso físico para legar eternamente su gloria y heroísmo, la Gaceta de Buenos Aires, esa que fuera creada por Mariano Moreno pero que para aquel fatidico día para la Patria del 17 de junio de 1821 era usurpada por Rivadavia; manchó para siempre sus páginas haciéndose eco de la partida gaucha infernal: "Murió el abominable Güemes. Ya tenemos un cacique menos".

Es por eso que uno siempre elige de qué lado de la historia pensar la Patria. Y ese lado, solo puede ser uno solo. Nunca es ni deberá ser con todos. Ni con todas.

Por siempre ¡viva el Gran General Güemes! ¡vivan Los Infernales!



[1] Abogado (UBA), Secretario General de la Asociación Civil Nace un Derecho. Secretario del Instituto de Formación Jurídica J. J. Castelli.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Dejanos tus comentarios